La Astronomía es la ciencia que trata de lograr el mayor conocimiento del cosmos. Se encarga de estudiar el Universo, determinando la naturaleza y el comportamiento de los cuerpos celestes y de los fenómenos que tienen lugar en el Cosmos.
Puede ser considerada como la disciplina más antigua de la humanidad y una de las que ha contribuido mayormente a la evolución intelectual del genero humano.
Desde tiempos inmemoriales el hombre ha levantado la vista hacia el cielo, buscando respuestas a los grandes interrogantes que se plantean, con la admiración, que todo aquello que sucede en el espacio genera en la especie humana.
Las antiguas civilizaciones (Mayas, Incas, Babilonios, Egipcios, etc.) iniciaron la observación de los fenómenos cósmicos.
Con la llegada de la civilización griega en el siglo VII a.c. se formularon las primeras teorías sobre el origen y la mecánica del Universo, que alcanzaron su máximo nivel entre los siglos III a.c. y II de nuestra era, en la escuela de Alejandría con: Aristarco, Hiparco, Eratostenes y Ptolomeo.
A partir del siglo XV con Copernico, Kepler, Tycho Brahe y Galileo, se asientan las bases de la Astronomía moderna, que tiene en Isaac Newton, Edmund Halley y Willian Herschell a sus figuras más destacadas.
Es un tópico decir que los fenómenos descritos por los astrónomos provienen de un mundo más allá de la percepción directa, un mundo que sólo los iniciados pueden percibir mediante potentes instrumentos y técnicas sofisticadisimas. Hoy, que para la inmensa mayoría de la gente el cielo estrellado ha desaparecido de la vida cotidiana, pocos se dan cuenta que es suficiente con salir de las luces y de los humos de la ciudad para que el espacio del que hablan los astrónomos aparezca delante de nosotros, señalado miríadas de estrellas. Pocos son los que van más allá de la sugestión provocada por el espectáculo de estos soles remotos, algunos de ellos acaso fuentes de vida para otra comunidad de seres inteligentes; el cielo también muestra, si auxilio de instrumentos, gran número de fenómenos cósmicos de gran interés científico; basta pensar que el resto de la existencia y la estructura del sistema planetario fueron concebidos y verificados partiendo de múltiples observaciones efectuadas sin ningún instrumento.
Como habitantes de la Tierra vivimos en el espacio, por el que circulamos constantemente junto con el Sol, aunque no nos demos cuenta, a una velocidad de 250 Km por segundo. Los resultados alcanzados por la astronomía se pueden leer en los libros, pero los objetos estudiados por los astrónomos no están encerrados bajo llave en laboratorios o museos, están al alcance de todos, nadie prohíbe mirarlos y no hay que pagar una entrada para verlos. A simple vista ya se ven bastantes cosas, algo más con binoculares y muchísimo con un telescopio, aunque sea pequeño.