SOLSTICIO DE INVIERNO

Texto extraído del Instituto Geográfico Nacional

El invierno de 2012-2013 comenzará el viernes 21 de diciembre a las 12h 12m hora oficial peninsular, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional (Instituto Geográfico Nacional - Ministerio de Fomento). Esta estación, la más corta del año desde hace algunos siglos, durará 88 días y 23 horas, y terminará el 20 de marzo de 2013 con el comienzo de la primavera. Desde el punto de vista astronómico los cielos del invierno de 2012-2013 estarán dominados por la presencia de Marte y Júpiter tras la puesta de Sol. Júpiter estará especialmente brillante durante diciembre, debido a su reciente oposición (momento de menor distancia a la Tierra) el día 3 de diciembre. Los cielos antes del amanecer permitirán observar Venus y Saturno durante prácticamente toda la estación. Por otra parte, no habrá ningún eclipse de Sol o de Luna durante el invierno. Aunque difícil de predecir, la actividad magnética solar durante el invierno será probablemente alta, dada la proximidad del máximo solar previsto para mayo de 2013.
Definición astronómica de las estaciones.
El inicio de las estaciones viene dado, por convenio, por aquellos instantes en que la Tierra se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. En el caso del invierno, esta posición se da en el punto de la eclíptica en el que el Sol alcanza su posición más austral. El día que esto sucede, el Sol alcanza su máxima declinación Sur (-23º 27') y durante varios días su altura máxima al mediodía no cambia, y por eso, a esta circunstancia se la llama también solsticio (Sol quieto) de invierno. En este instante en el hemisferio sur se inicia el verano. El día del solsticio de invierno corresponde al de menor duración del año. Alrededor de esta fecha se encuentran el día en que el Sol sale más tarde y aquél en que se pone más pronto. Un hecho circunstancial no relacionado con el inicio de las estaciones se da también en esta época: el día del perihelio, es decir, el día en que el Sol y la Tierra están más cercanos entre sí a lo largo del año. Es esta mayor proximidad al Sol la causa de que la Tierra se mueva más rápidamente a lo largo de su órbita elíptica durante el invierno (según la conocida como tercera ley de Kepler) y por lo tanto la duración de y por lo tanto la duración de esta estación sea la menor.