Si se aumentara una manzana hasta el tamaño de la Tierra, un átomo de hidrógeno en la misma escala tendría el tamaño de una manzana.
Los átomo son tan pequeños que es difícil imaginar un tamaño. Pero, ya que no podemos sumergir nuestra mente en la escala atómica, tal vez podamos expandir la escala atómica con la imaginación. Imaginemos, por ejemplo, que tomásemos un balón de fútbol y lo inflásemos hasta que alcanzase el tamaño de la Tierra. Un átomo tendría el tamaño de un guisante grande.
Si quisiésemos jugar al fútbol con un átomo, tendríamos que aumentar su tamaño 1.500 millones de veces.
Si aumentásemos a un ser humano en la misma escala, tendría una altura de casi 2,5 millones de kilómetros y su peso sería mayor que el de las poblaciones de India y China juntas.
La tierra es tan grande que para verla entera hace falta elevarse unos 322 km.
Si el sistema Solar se llevase a una escala en la que la Tierra tuviese el tamaño de una pequeña bola de un cojinete (unos 2 mm de anchura), entonces el Sol tendría una anchura de 20 cm y se encontraría a unos 250 metros de distancia.
Sistema Tierra Luna |
Sólo mediante la analogía podemos empezar a captar la verdadera dimensión de esas distancias. Con la misma escala que hemos perfilado antes, Júpiter, con menos de 2.5 cm de diámetro, se encontraría a más de 90 metros de distancias. Neptuno, el planeta más externo del Sistema Solar, estaría a 675 metros y su tamaño sería el de un grano de café.
Si salimos del Sistema Solar, vemos que mientras nuestro Sol se encuentra a tan sólo 8 minutos-luz de la Tierra, la distancia de la siguiente estrella Próxima Centauri, es de 4.2 años-luz.
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, forma parte de los 140.000 millones de galaxias que existen posiblemente en el universo visible. El astrofísico Bruce Gregory ha calculado que si las galaxias fuesen guisantes, habría suficientes como para llenar un gran estadio deportivo.
La mayor velocidad que ha alcanzado un objeto construido por el hombre (la sonda Helios 2) es de aproximadamente 250.000 km/h. Incluso con esta velocidad, el tiempo que tardaría en llegar hasta la estrella más cercana (Próxima Centauri) sería de más de 18 mil años.
Galaxia esperial denominada M81 |
Los objetos espaciales más distantes descubiertos hasta el momento son ráfagas de lux procedentes de explosiones lejanas que tuvieron lugar, según se cree, a unos 13.700 millones de años luz de la Tierra. Esto significa que la luz de estos sucesos ha viajado por el espacio durante casi todo el tiempo de la vida del universo (se calcula que su edad está en el entorno de los 13.700 millones de años). En escalas así incluso las analogías resultan inútiles a la hora de captar semejantes magnitudes.
Texto extraido del libro 100 Analogías Científicas de autor Joel Levy. Edición Librero B.v.