Según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional (Instituto Geográfico Nacional - Ministerio de Fomento), el invierno de 2013-2014 comenzará el sábado 21 de diciembre a las 18h 11m hora oficial peninsular, a las 17h 11m en Canarias. Esta estación durará 88 días y 23 horas, y terminará el 20 de marzo de 2014 con el comienzo de la primavera.
Desde el punto de vista astronómico, tras la puesta de Sol, en los cielos del invierno de 2013-2014 se verá el planeta Júpiter, que será especialmente brillante durante enero debido a su oposición (momento de menor distancia a la Tierra) del 5 de enero y que, además, alcanzará su máxima declinación norte de +23º el 11 de marzo. Los cielos antes del amanecer permitirán observar a Venus, Marte y Saturno, siendo Venus muy brillante a mediados de febrero. Por otra parte, no habrá ningún eclipse de Sol o de Luna durante el invierno. Aunque difícil de predecir, la actividad magnética solar durante la estación será probablemente alta, dada la proximidad del máximo solar previsto para abril de 2014.
El inicio del invierno.
El inicio de las estaciones viene dado, por convenio, por aquellos instantes en que la Tierra se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. En el caso del invierno, esta posición se da en el punto de la eclíptica en el que el Sol alcanza su posición más austral. El día en que esto sucede, el Sol alcanza su máxima declinación Sur (-23º 27') y durante varios días su altura máxima al mediodía no cambia, y por eso, a esta circunstancia se la llama también solsticio (“Sol quieto”) de invierno. En este instante en el hemisferio sur se inicia el verano.
El día del solsticio de invierno corresponde al de menor duración del año. Alrededor de esta fecha se encuentran el día en que el Sol sale más tarde y aquél en que se pone más pronto. Un hecho circunstancial no relacionado con el inicio de las estaciones se da también en esta época: el día del perihelio, es decir, el día en que el Sol y la Tierra están más cercanos entre sí a lo largo del año. Es esta mayor proximidad al Sol la causa de que la Tierra se mueva más rápidamente a lo largo de su órbita elíptica durante el invierno (según la conocida como segunda ley de Kepler) y por lo tanto la duración de esta estación sea la menor.