Mercurio es el planeta más interior del nuestro Sistema Solar. Su órbita es menos circular que la de la mayor parte de los demás planetas; de hecho, es el más bien elíptica. La distancia máxima de acercamiento al Sol es de unos 46 millones de kilómetros, y el punto más lejano de su órbita se halla a 69.8 millones de kilómetros.
Las distintas culturas e idiomas han bautizado el planeta de formas diversas. Mercurio era el dios romano del comercio, además de mensajero de los otros dioses. Su velocidad como mensajero se refleja en la súbita aparición y desaparición de Mercurio en el cielo a primera y última hora del día.
Mercurio gira tres veces por cada dos órbitas en torno al sol. La lenta rotación sobre su eje (un día mercuriano ) tarda 58.7 días terrestres, mientras que para completar una órbita (un año mercuriano ) invierte 88 días terrestres.
Mercurio |
Por su proximidad al Sol, parte de la superficie se calienta mucho, con un máximo en las zonas ecuatoriales de unos 290ªC. Por el contrario , en la sombra profunda de los cráteres cercanos a los polos, la temperatura es de -180ºC, siendo el planeta con temperaturas más extremas del Sistema Solar.
Aunque sin lugar a dudas está considerando un planeta según las clasificaciones antiguas y modernas, Mercurio es tan pequeño que es menor que dos de las lunas del Sistema Solar: Titán (la luna más grande de Saturno) y Ganímides (la más grande de Júpiter). De hecho, Mercurio recuerda mucho a la Luna por sus suaves llanuras e incontables cráteres.
Cráteres y llanuras en Mercurio |
Como la Luna, Mercurio da abundantes muestras de un periodo de intensa lluvias de asteroides y cometas unos 3.800 millones de años atrás. La superficie del planeta también revela una intensa actividad volcánica que habría inundado de magma las zonas bajas, formando las vastas llanuras.
La atmósfera de Mercurio no es destacable, con trazas de gases como hidrógeno, helio, oxigeno, incluso vapor de agua. El viento solar podría haber provocado el oscurecimiento paulatino de toda la superficie del planeta.
Al ser un planeta interno, Mercurio, como Venus, presenta fases como la Luna. Un telescopio permite distinguirlas, así como el aparente cambio de tamaño del disco a medida que el planeta se acerca y se aleja de nosotros.