Nebulosa de Orión. Crédito imagen de datos. Hubble legado archivo, producción-Robert Gendler |
La Gran Nebulosa de Orión no sólo es una maravilla celeste por la caprichosa disposición de sus inmensas nubes de gases luminosos, sino también por la riqueza de estrellas que brillan en su seo o contornos. En su mayoría, estas estrellas, están físicamente ligadas a M 42, y proceden de ella es decir, se han formado a expensas de las inmensas aglomeraciones de hidrógeno ( y otros gases, pues el espectro de la nebulosa es muy rico) que la componen. Estas estrellas son, por lo general, gigantes azules, muy jóvenes, y algunas de ellas están todavía en formación. Se cree, además, que M 42 no solo ha generado las estrellas que pululan inmensas en ella, sino otras muchas gigantes azules de la zona de Orión, e incluso algunas externas ya en la constelación, que se han alejado con el tiempo de su punto de origen. No olvidemos que gran parte de Orión aún está envuelta en cendales nebulares, y que en otro tiempo todo este conjunto gaseoso debió de ser único, y con unas dimensiones gigantescas.
Entre las muchas estrellas sumergidas en M42 destaca la cuádruple más famosa del cielo, conocida vulgarmente como el Trapecio. Es frecuente que en los sistemas múltiples, las letras A, B, C, etc., no designen a las componentes por orden de brillo, sino de cercanía, o bien de oeste a este. En el caso del Trapecio, la estrella más brillantes es C, la más meridional, de 5,6 de magnitud; sigue A, de la 6.7; luego D, de 6.8 y finalmente B, de 8.2: esta última es, además la más cercana (a A) y la que más rompe la regularidad del Trapecio. Todas son estrellas de tipo O o B, muy azules, y de efecto bellisimo, en el seno de la nebulosa.