Jupiter e Io |
“El método es sencillo. Consiste en medir el cambio aparente en el período de rotación de Io, uno de los satélites de Júpiter, dependiendo de nuestra distancia a él. Este satélite se comporta como una manecilla de reloj, girando alrededor de Júpiter cada 42,5 horas, aproximadamente. Un observador en la Tierra verá que cuando Io, en su órbita, se introduce en la sombra de Júpiter deja de ser visible para luego volver a aparecer. Pero a la vez, la Tierra se mueve en su órbita alrededor del Sol, por lo que dichas ocultaciones y apariciones, se observarán con una diferencia de hasta 2 Unidades Astronómicas (seis meses, unos 300.000.000 km), es decir, dos veces la distancia Sol-Tierra. Por tanto, conociendo la velocidad de la luz, sabemos que ocurrirán con una diferencia de unos 1.000 segundos entre la observación más cercana (oposición de Júpiter) y la más distante en nuestra órbita alrededor del Sol. A partir de esta curva (atraso y adelanto en la hora del tránsito) y conociendo la distancia Tierra-Io, se puede determinar la velocidad de la luz.”
Fuente: Instituto de Astrofísica de Canarias (http://www.iac.es)