Observando a través del corazón de nuestra galaxia, la Vía Láctea, el Telescopio Espacial Hubble revela un escenario de más de medio millón de estrellas. Casi todas ellas son miembros del cúmulo estelar nuclear de la Vía Láctea, uno de los cúmulos estelares más densos y masivos en la galaxia. Escondido en el centro de este cúmulo, reside el agujero negro supermasivo de la Vía Láctea.
El centro de la Vía Láctea se encuentra a 27.000 años luz de distancia en la constelación de Sagitario. La población estelar de esta región es tan densa, que sería como tener un millón de estrellas agrupadas entre la Tierra y el sistema estelar Alfa Centauri, ubicado a 4,3 años luz de distancia. Este denso cúmulo estelar rodea al agujero negro supermasivo de la Vía Láctea, conocido como Sagitario A*, el cual es alrededor de cuatro millones de veces más masivo que el Sol.
Sagitario A* no es el único objeto misterioso que acecha en esta región de la galaxia. El centro de la Vía Láctea contiene una gran cantidad de objetos que no se pueden observar en luz visible debido a las gruesas nubes de polvo en el disco galáctico. Por esta razón los astrónomos han utilizado la visión infrarroja del Hubble. Sin embargo algunas de estas nubes, visibles como regiones oscuras en la imagen, son tan gruesas que ni siquiera la capacidad de visión infrarroja del Hubble puede penetrarlas. Además de las estrellas ocultas en el polvo, los astrónomos calculan que hay alrededor de 10 millones de estrellas en este cúmulo, las cuales son muy tenues y difíciles de observar, incluso para el Hubble.
Los astrónomos también pudieron medir los movimientos de las estrellas a lo largo de un periodo de observación de cuatro años. Al utilizar esta información, se pudo inferir la masa y estructura del cúmulo estelar nuclear. El movimiento de las estrellas también puede aportar pistas sobre la formación del cúmulo: si fue resultado de una unión de varios cúmulos globulares, o si se formó debido al gas del disco galáctico que fue atraído al centro de la Vía Láctea, formando estrellas en el núcleo.
Crédito: NASA / ESA / Hubble